Con la contingencia mundial, causada por el virus COVID-19, la educación preescolar, y en general el ámbito educativo, tanto a nivel nacional e internacional, se vio altamente afectado.
En este artículo, nos inclinaremos a llevarlos como lectores, a una pequeña reflexión vivida desde los ojos más optimistas. Familias enteras, saben que un docente jamás podrá ser reemplazado por dispositivos digitales; la tecnología es una herramienta o un medio que facilita EL PROCESO DE APRENDIZAJE, pero la labor de un pedagogo es como se menciona, una labor; el docente ofrece conocimiento, a este se le agrega valor humano, que viene siendo: amor, vivencias, tiempo, valores, pasión, entendimiento entre otros tesoros. Una máquina, por programada que se encuentre jamás podrá sentir lo que un ser humano es capaz de experimentar cuando crea y construye a partir de lo que vive diariamente junto con lo que le rodea. Así que se dejó de ver esta labor como “los que entretienen bebés”.
Ser aprendedor (DOCENTE), como lo llamamos en PATATÍN PATATERO, va más allá de divertir a los niños, nosotros preparamos, equipamos y formamos para el futuro.
Tatiana Chacón
Docente